Para empezar, es un auto de mayores dimensiones, puesto que la longitud alcanza los 4,6 metros que, como dato curioso, era el promedio para los sedanes medianos hace algunos años. Con ello, exhibe una figura que nos habla de un auto con cierto carácter aspiracional, encabezado por el frontal estilizado y grande que incorpora el sello de los productos más recientes de GM. También es un carro muy alto, lo que contribuye a que las ruedas de 16 pulgadas que monta (como en las fotos) se vean algo pequeñas. En el interior las cosas también son agradables y muy convincentes, gracias a materiales y ensambles de aspecto sólido. No hay ruidos parásitos y aunque se emplea gran cantidad de plásticos duros, la sensación general es de mucha calidad. Tiene además detalles que añaden originalidad, como la iluminación azul de los indicadores y la aplicación en el tablero de vestidura como la que recubre los asientos. Por su parte, la posición de manejo es buena, mientras que los asientos son amplios y suficientemente cómodos; el soporte lateral y para la espalda es regular, pero acorde a lo visto en la media del segmento. El espacio para las piernas también es competente en ambas filas. Otro aspecto para destacar es el equipamiento, al menos en las versiones que se comercializan.
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